Con su obra compositiva, Ataç Sezer es uno de los compositores artísticamente destacados del panorama musical actual. Su obra se basa en una amplia y fundamentada formación musical y diversas experiencias biográficas.
Nacido en Estambul, inicialmente estudió música otomana, especializándose en ney, piano y musicología. En 2002 llegó a Kassel para comenzar a estudiar composición con el argentino Diego H. Feinstein. Durante este tiempo también fueron formativos los estudios con Dieter Schnebel en Berlín y las clases magistrales con Beat Furrer y Marc Andre. Sezer aprobó su examen final de estudios artísticos en 2007. Estudios en la clase magistral con el Prof. Matthias Pintscher en la Universidad de Música y Teatro de Munich hasta 2010 completaron su formación.
Las cuestiones compositivo-estéticas que aborda Atac Sezer resultan, por así decirlo, lógicamente de la diversidad de estas experiencias. Por un lado, Sezer emprende un examen sistemático y discursivo de los sistemas tonales modales de la región árabe; y esto va acompañado de una reflexión sobre las posibilidades de la música microtonal y electrónica desde una perspectiva europea. Por otro lado, Sezer realiza un estudio sistemático de las técnicas y sonidos de instrumentos árabes como la flauta de cuello largo Ney o el laúd de cuello de caja Kemençe, que se inclina con un arco; Esto va acompañado de la exploración de nuevos sistemas de notación y técnicas de interpretación para instrumentos europeos.
Los espacios culturales otomano-turco y europeo, sus prácticas artísticas y compositivas, marcan el doble encuadre de las obras de Atac Sezer. Sin embargo, en términos de composición e interpretación, forman poco más que una base material, de la que Sezer tiene el mayor conocimiento y virtuosismo a su disposición y desde la cual avanza hacia un estilo musical individual.
La composición “Peshrev – Prelude” para ney, bajo eléctrico y electrónica de 2008 formuló esto por primera vez de forma paradigmática. Los valores tradicionales no caen en una falsa síntesis o simbiosis en la que uno aparece como una adición exótica y pintoresca, sino que entra en un modo de reflexión y penetración mutua. Al hacerlo, Sezer formula una posición artístico-estética crítica y al mismo tiempo independiente en el discurso en torno a la nueva música, que se opone a la perspectiva poscolonialista que a menudo prevalece hoy en día sobre la música clásica de la región árabe o asiática.
El trabajo de Atac Sezer está dominado por un sonido nuevo, literalmente inaudito. De manera sistemática y a partir de una amplia experiencia compositiva, Sezer desarrolla sus consideraciones en una serie de obras que cuestionan las más diversas alineaciones en torno a esta dimensión del sonido. El hecho de que se tengan en cuenta formaciones desde solistas hasta grandes orquestas, y que también se tengan en cuenta la electrónica y la fuerza del conjunto, indica una vez más la amplia competencia del compositor.
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