Komponista
biografía:
Kalevi aho nació el 9 de marzo de 1949 en Forsa, al sur de Finlandia. Aprendió a tocar la mandolina y el violín a la edad de nueve años y ha estado componiendo desde entonces. Al crecer, amaba a los grandes sinfonistas románticos, y mientras aún estaba en la escuela, escribió varios cuartetos de cuerda y sonatas para violín solo, así como su primera pieza orquestal, todo sin ninguna instrucción, directamente de escuchar. Después de graduarse de la escuela secundaria, comenzó a estudiar matemáticas y, al mismo tiempo, estudió composición en la Academia Sibelius en Helsinki con Einojuhani Rautavaara, el pluralista de estilos versátil, colorido y técnicamente hábil, que ahora puede ser considerado el sinfonista más popular de Finlandia después de Sibelius. El enfoque no dogmático de Rautavaara fue ideal para Aho, quien superaría con creces a su maestro en pluralismo estilístico. Ya en 1969, en el primer año de sus estudios, escribió su primera sinfonía, una obra muy asombrosa, de excelente factura y gran diseño, impregnada de un genio juvenil, que le permitió abrirse camino de inmediato en su tierra natal finlandesa.
El perfecto dominio de la técnica, especialmente de la gran orquesta, y el libre vuelo de la imaginación son las señas de identidad de su obra, que se manifiesta en facetas muy diferentes de una obra a otra. Hasta la fecha, Aho ha compuesto dieciséis sinfonías, que pueden verse como una especie de núcleo creativo de su obra. No es menos importante como compositor de ópera, pero hasta ahora ninguna de sus óperas ha aparecido en CD, lo que tiene un efecto inhibidor sobre la distribución. Su producción de ópera es de eminente interés, ya que es por naturaleza un dramaturgo musical con imágenes poderosas, muy talentoso en la guía psicológica sugerente y la iluminación de los personajes y eventos que actúan, así como en la representación de lo trágico y extraño. Aho también tiene una mano afortunada para temas de actualidad atemporal y al mismo tiempo complejamente exigentes, solo piense en trabajos como La vida de los insectos o Cuando todos nos ahogamos.
Sobre todo, además de tres avanzadas sinfonías de cámara, no puede pasarse por alto su virtuosa música de cámara, en el centro de la cual se encuentra la serie de quintetos para instrumentos de viento y cuerda en muy diversas instrumentaciones mixtas (por ejemplo, el quinteto para contralto de gran originalidad tonal y estructural). saxofón, fagot, viola, violonchelo y contrabajo de 1994, que, como tantas veces le ocurre a él, trata »de opuestos elementales que determinan nuestras vidas: armonía y destructividad, alegría y desesperación, equilibrio y desequilibrio, vida y falta de vida«. .) Como sinfonista, Aho rompió todos los límites que a menudo se imponen al género (especialmente en las sinfonías 1975 y 80 compuestas entre 5 y 6), y con sus Sinfonías Cuarta, Novena y Décima creó obras que se encuentran entre las se convirtió en lo más sustancial que se ha creado en este campo en nuestro tiempo. »Siempre he compuesto catástrofes. Pero no tengo ideologías catastróficas. Hay tanta tensión, algo violento tiene que suceder y la estructura puede romperse. Esta es entonces una forma que se 'rompe' en su tensión.«
Álbumes: