Con alrededor de doscientas piezas y una duración total de cuatro horas y media, el diario de Georg Kröll es uno de los ciclos para piano más grandes de la historia de la música. Y el trabajo en progreso que comenzó en 1987 continúa creciendo. Todas las piezas ya compuestas y otras posibles se basan en la serie básica de la Suite para piano op 25 de Arnold Schönberg. La serie de Schönberg se permuta 42 veces. Cada tono de esta permutación, 42 x 12 = 504 tonos, se convierte en el tono fundamental y de partida en el sentido de un código que genera el material de la pieza en cuestión. Por ejemplo, a principios de 1987, Kröll escribió la pieza Parodia ad A. Sch. basado en la nota inicial 82 basada en el preludio de la suite de Schönberg. Así como esta primera obra puramente dodecafónica, creada entre 1921 y 1923, combina la nueva organización tonal con viejos tipos de movimientos de la suite francesa, en Diary Kröll combina innovación y tradición a través de numerosas referencias a la música de la historia y del presente.
El compositor, que nació en Linz am Rhein en 1934 y ha sido durante mucho tiempo profesor de composición y teoría musical en la Rheinische Musikschule de Colonia, desarrolla una increíble diversidad de personajes a partir del núcleo de Schönberg. Como ocurre con las últimas bagatelas de Beethoven, no se trata de pequeñas cosas divertidas, sino de miniaturas muy concentradas que duran entre unos segundos y cinco minutos y que a menudo sólo utilizan dos o tres elementos distintivos: repeticiones, versos, intervalos, alternancia de notas, sugerencias, trinos, melodías. , acordes, staccati, arcos legato. La variedad de estilos de interpretación, tempos y gestos resulta evidente de inmediato. En cambio, la unidad serial de todas las piezas parece subterránea. Para actuaciones parciales se puede
Los pianistas pueden hacer la selección que quieran, pero luego deben tocar las piezas en la secuencia de números ordinales para que el principio estructural del todo se refleje también en los subciclos.
Inicialmente, Kröll compuso las entradas del diario 1 a 44, una tras otra. Sólo omitió algunos números y los compuso más tarde. Prefería otros, incluido el ya mencionado 82 Parodia ad A. Sch. o 148 Poco Rubato (Laudate Dominum). Sólo en 1987/88 escribió 41 piezas, alrededor de una quinta parte del total, que debía completar cuando cumpliera 90 años en 2024. La elección del código respectivo parece arbitraria, pero obedece a intenciones claras: por un lado, el pensamiento compositivo de Kröll se basa en secuencias tonales y estructuras de intervalos especiales; por otro lado, busca determinadas secuencias tonales que sean adecuadas para implementar ideas ya formadas. Su libre manejo del material sonoro generado sistemáticamente sigue su propia lógica artística para cada pieza.