Programa:
DIVERGENCIA laurie altman (* 1944) [ 01 ] Ven a bailar conmigo Versión del septeto (2006/2013) 07:07 Kirill Kobanchenko y Bernie Mallinger, violín 3 para duque para cuarteto de cuerda (2011) 12:48 Kirill Kobanchenko y Bernie Mallinger, violín [ 05 ] En un tiempo de guerra para cuarteto de cuerda (2009) 03:42 Kirill Kobanchenko y Bernie Mallinger, violín [ 06 ] De la gastronomía (2013) 03: 12 Kirill Kobanchenko y Bernie Mallinger, violín Fantasía sobre la Op. de Schoenberg. 19 para cuarteto de cuerda (2012) 09:30 Kirill Kobanchenko y Bernie Mallinger, violín arnold schönberg (1874-1951) Seis pequeñas piezas para piano, op. 19 (1911) 06: 53 Christoph Eggner, piano Erich Wolfgang Korngold (1897-1957) Quinteto para piano en mi mayor, op. 15 (1920-1923) 33:05 Kirill Kobanchenko y Bernie Mallinger, violín tiempo total: 76:40 |
Comentario de prensa:
Historias de amor caníbal y resurrección ossia la musica alrededor de la musica Componer no con Notas Sino con composiciones, Pero no Respetuosamente Como Hacían Los Barrocos (Es Decir, Hablando un Material Ajeno y Coetáneo) Sino atreviéndose A Mejorar Obras Inmejorables o Recomponiendo Sus Ecos O Recuerdos Es Una de las fiess Más Fastuosas de La música que se celebra al margen de los papas y otros gurús de la acaso mal llamada modernidad. Las diversas corrientes de la larga lista de los recompositores Alimentaron dura todos los años musica de nadie y Recompositores, Resonancias y Ricercare (Classic radio), de de Schnittke y Ronald Stevenson y Oscar Strasnoy pasando por Michael Zev Gordon o Chris Newman (todos con cds distribuidos en España) sin mencionar a performers-compositores-improvisadores como Louis Sclavis o Uri Caine. Las combinaciones son infinitas: en la estela de Un poco de música de medianoche en 'Round Midnight de Thelonious Monk de George Crumb, Laurie Altman Rumia Señorita con clase, Mood Indigo y no significa nada de Duke Ellington, recomponiendo, para cuarteto de cuerdas, su primera recomposición para soprano, flauta y piano de las tres inmortales piezas (Convergencia, incluido Neos). A esta 3 para duque sigue aquí Ven a bailar conmigo, recomposición-reorquestación para septeto de una obra original semi-improvisada (Albany Records) y todas estas sombras bailan en la noche blanca, siluetas reflejadas, insomnes o sonámbulas, que se destacan de un antiguo y querido modelo, comprendiendo la mano, acaso temiendo perderlo del todo o para arrastrarlo al baile, Ven a bailar conmigo, ven baila conmigo, una y otra vez, y es una historia de amor caníbal y resurrección, enamorado deslizándose en el otro que le da vida y sigue viviendo su vida paralela y todo se mezcla, misterio y belleza, sudor y saliva, todo se. turba, oído y vista, y las bocas y los muslos palpitan en ese torbellino hasta el final del abandono. Con la Fantasía sobre Op. Schönbeg. 19, Altman presenta o imagina a Schönberg escribió sus Se trata de pequeñas piezas para piano opus 19. para un cuarteto de cuerdas bajo el efecto de aquel imaginativo pequeño cactus con sabor algo amargo, en lengua náhuatl la “planta-que-maravilla-los-ojos”, intentando en vano asir las 6 primeras notas cuando emprenden la huida o la fuga en la 1ª pieza, oscilando en un espejo deformante, desfasando las métricas, condesando los silencios on la 2ª antes de estirar, on la 3ª, la materia sonora (del hipotético modelo original) all límite de su resistencia y de la percepción del oyente, insertando en la 4ª un baile −chacona, movimiento perpetuol, u testarudo− imitando los movimientos de un animal totémico, azor o condor, que desgarra los temas para llevarse sus fragmentos más suculentos. La rica alucinación auditiva se mezcla con la visual en la 5ª pieza mientras la viola mezcla lo que tocarán, por separado, la mano izquierda y la derecha en el −futuro− original. Acaso Altman hubiera tenido que imaginar a Schönberg con mescalina pura en vez de peyotl pues el pequeño “cactus-que-(aquí y hoy)-maravilla-el-oído” no tratado puede provocar estas náuseas, arcadas e incluso estos vómitos que hacen estremecerse , en la 6ª pieza, el estático Muy lentamente original. Los efectos suelen desaparecer al cabo de unas ocho horas pero Schönberg (via Altman) solo necesita 9 minutos 30 para volver a la realidad y darnos su versión censurada, decantada o filtrada de las Estas son pequeñas piezas para piano.. Se puede respetar a Schönberg, o amarlo solo cuando lo toca Gould porque uno ama a Gould incluso cuando toca Strauss, o no distinguido entre amor y admiración por ejemplo en esta (evidentemente) excelente versión de Christoph Eggner, pero en cualquiera de los casos pasar de Schönberg a Korngold equivale a lanzarse desde una dieta macrobiótica a una piscina de tiramisú donde rebosa felicidad (incluso, momentáneamente, atonal, acaso reminiscencia del paso de Korngold por el taller Ze mlinsky) el inicio del Quinteto Op. 15, antes de pedir una doble ración de crema batida por la especialización del chef, el Adagio Con mucha calma, con la máxima calma. Finaliza el Quinteto citando el inicio lo que da ganas de empezar de nuevo Ven a bailar conmigo, tiene la inversión de los términos (que también pierde en misterio lo que gana en erotismo): ¡Baila conmigo y ven! Pierre Elie Mamou |