Rupert Huber: rūḥ-i-gulāb · Mi Venecia

rūḥ-i-gulab “El alma de la rosa” (2006) 45:36
Módem para coro mixto de cinco partes, conjunto egipcio Madīḥ y diez campanas, basado en un poema de Ğalāl-ad-Din Rūmī (traducido por Friedrich Rückert) y parte del “Poema del manto” de Sharaf al-Din al -Būsīrī
Encargado por Westdeutscher Rundfunk

[ 01 ] A 04:49
[ 02 ] B: “El día está aquí” 02:26
[ 03 ] B: “El amor era el jardinero del rosal” 02:56
[ 04 ] B: “El cliente gritó: ¡la rosa se acerca!” 02:12
[ 05 ] B: “El tulipán se quedó en silencio” 02:27
[ 06 ] B: "A la hiedra Cypress susurró" 02:29
[ 07 ] B: “El ruiseñor, ella chilla en mil noches” 02:16
[ 08 ] B: “El cielo no puede contener la imagen de la rosa” 02:16
[ 09 ] C:yo 06:47
[ 10 ] C:II 07:46
[ 11 ] C:III 03:10
[ 12 ] D: “El mensajero de Ros viene del jardín del alma” 04:00
[ 13 ] E 02:02

Conjunto Madīḥ
Sheikh Arabi Farag, canto · Ahmad Arnab, kawala · Roman Bunka, ūd
Fikri El-Qināwī, rabābā · Issam El-Mallah, tambores de marco
Doris Huber campanas de tazón
Coro de la Radio de Baviera
Rupert Huber conductor

[ 14 ] mi venecia (2009) 14: 40
Módem para coro mixto, cascabeles, ocarinas y gaitas, basado en el poema del mismo título de Rose Auslander
Encargado por Bayerischer Rundfunk

Coro de la Radio de Baviera
Rupert Huber conductor

Tiempo total de juego: 60:15

En la edición de noviembre de 2018, Manfred Karallus aborda cuatro nuevas ediciones de NEOS bajo el título “¿Qué significa peculiar?”

“Hasta bien entrado el siglo XX, la distribución de propiedad intelectual, incluso un simple cuento de hadas, estaba fuertemente castigada en Turquía. Una persona podría incluso perder completamente la cabeza por manejar la información con demasiada libertad.

Rupert Huber, hombre de acción, inquieto vendedor de música y empresario de expediciones entre el Lejano Oriente y sus alrededores, todavía con la cabeza apoyada sobre los hombros, aparece en el interior del CD bien alimentado, con una gran pica en los brazos y haciendo No parezca que alguien que ha terminado tiene demasiados escrúpulos en sus acciones.” (…)

Lea el artículo completo de Manfred Karallus aquí.