Texto de información:
»Marco Del Greco es uno de mis guitarristas favoritos. Lo conocí por primera vez en febrero de 2013 cuando era invitado en el Wissenschaftskolleg zu Berlin. el toco el mio Serenata con una comprensión profunda y una técnica precisa y sensible. Me conmovió profundamente la gran belleza de su tono de guitarra. Marco ama la música de mi mentor Toru Takemitsu y toca su gran música de guitarra misteriosamente y con enorme profundidad. Por eso estoy seguro de que al público le encantarán sus interpretaciones de Takemitsu. Estoy muy feliz de que un músico joven y talentoso como Marco permita a las nuevas generaciones conocer y apreciar la maravillosa música de Takemitsu.« Toshio Hosokawa
»NADAR EN EL OCÉANO DONDE NO HAY ORIENTE NI OCCIDENTE« La accidentada historia de la apropiación de los modelos occidentales en la cultura y el estilo de vida de Japón se ha desarrollado de una manera única y fatídica: donde Europa se había impuesto, sobre todo por la fuerza, durante siglos, sin el menor interés por ninguna cultura que ya existiera allí, ha Japón después de 200 años de completo aislamiento (en el sakoku la llamada política de aislamiento) de la segunda mitad del siglo XIX decidieron por su propia voluntad orientarse hacia Europa, especialmente en el plano económico. A cambio, la filosofía y el arte occidentales han sucumbido repetidamente a la fascinación del Lejano Oriente, especialmente desde la Exposición Universal de París en 19, pero también en los años siguientes, aunque el conocimiento de su realidad real fue a menudo bastante superficial. En el País del Sol Naciente, la música europea comenzó a extenderse a partir del período Meiji (1868-1912) a través del surgimiento de orquestas y academias de música. Pero en este punto no deja de ser una simple yuxtaposición sin interacción: las diferencias entre una sinfonía del siglo XVIII y una melodía japonesa interpretada por uno de los numerosos instrumentos tradicionales son demasiado grandes. Incluso los primeros intentos de intercambio siguen siendo de poco interés y suelen resultar en la pérdida de su identidad por parte de los japoneses. Takemitsu, nacido en 1930 y por tanto sin saberlo perteneciente a la generación vanguardista de Berio, Boulez y Stockhausen, fue ante todo un gran autodidacta, abierto a todo lo que escuchaba e interesado en la relación con otras artes, especialmente la pintura, inmune a cualquier dictado cultural, profundamente consciente de sus raíces pero capaz de ver la mayor complejidad de la música europea. Su pensamiento, los estados de ánimo etéreos y flotantes, su sentimiento por la naturaleza y esa ma (el silencio entre dos tonos) son sin duda autóctonos japoneses, mientras que su material sonoro bebe de forma bastante evidente de las corrientes musicales del siglo XX europeo - con la libertad, eso sí, de no tener que pertenecer a ninguna de estas corrientes como sus contemporáneos occidentales, que por lo general eran mucho más militantes. Un proyecto de CD como este es particularmente interesante para comprender la interpenetración de estilos y culturas porque la forma en que se golpea y se apaga la cuerda de la guitarra es similar a tocar instrumentos de cuerda japoneses como Koto y Shamisen similar, y porque el sonido, como perdura y se pierde en el vacío y el silencio, nos acerca mucho a una concepción del sonido y de la vida del Lejano Oriente. Quizás sea esta una de las razones por las que Takemitsu tiene una producción tan extensa para este instrumento, que se caracteriza por un cuidado extraordinario en la ortografía idiomática y una búsqueda constante por ampliar sus posibilidades técnicas. Tomemos el escrito en 1974 folios como punto de partida. El flujo musical es temático, continuo y discursivo, la referencia más directa parece ser Alban Berg: el comienzo de la primera de las tres piezas es el de Sonata para piano Op. 1 (1908) del compositor vienés no es muy diferente, y si bien hay algunos giros de danza en él, es probablemente el espíritu de Berg lo que lleva al final a una cita de un coral de Bach, al igual que en el violín por Berg (1935). In Todo en Crepúsculo (1987), por un lado, el silencio entre dos eventos musicales es aún más pronunciado, por otro lado, hay simetrías aún más claras en el fraseo y un toque de tonalidad con referencias a Debussy y al jazz, hasta la aparición de un inesperado giro canzonal en la última parte. Equinoccio (1993) es seguramente la obra maestra para guitarra de Takemitsu: El equinoccio en Japón es el día de los muertos, el momento en que el día y la noche se encuentran en perfecto equilibrio, el mundo de los vivos y el más allá. La claridad de la estructura formal sustenta el foco de atención en la precisión de los timbres requeridos, en la importancia otorgada al retrogusto y en el manejo de efectos especiales como el de una afinación no convencional. En las tres piezas de las que En el Bosque (1995), el sentido de la naturaleza y la referencia a la imaginación de tres bosques americanos llevan a un trade-off entre una vuelta a los materiales sonoros diatónicos y rítmico-temáticos que se remontan a Messiaen y su flotación en el vacío, donde el ma peso determinado. Así, vía Takemitsu, se llega al compositor japonés más importante de la siguiente generación: Toshio Hosokawa, quien nació en Hiroshima en 1955. Con él, el compositor profundamente japonés, pero que estudió en Alemania (primero en Berlín con el coreano Isang Yun y luego en Friburgo con el suizo Klaus Huber), se realiza definitivamente la creciente superación de las fronteras entre los dos mundos descritos anteriormente. Hosokawa ya no necesita referirse a material de la música occidental, su vocabulario es completamente original y al mismo tiempo atemporalmente clásico. Así que en él hay una ósmosis entre las técnicas europeas por un lado y una concepción endémica del lejano oriente del sentido del tiempo y del curso de las cosas, la taoísta, por otro. Yin y Yang y la forma de los sonidos ahora está completa y no conoce contradicciones. Tal simbiosis, a su vez, ahora puede retroalimentar a Occidente y ejercer una poderosa influencia en la generación joven en Europa. Él mismo dice: »Mi música es caligrafía pintada en el límite libre del tiempo y del espacio. Cada sonido tiene una forma similar a la de las líneas y puntos dibujados por un pincel. Esta línea está pintada en el tejido del silencio. El borde de ese tejido, que forma parte del silencio, es tan importante como los sonidos audibles.« Serenata (2003) es un ejemplo particularmente bueno de este universo estético y personal en el que Oriente y Occidente, lo nuevo y lo antiguo coexisten, como lo demuestra el uso de técnicas de juego que apuntan a la Koto se deben. Esto lo convierte en el final perfecto para la música que se incluye en este disco. catalina di ceca 26 de septiembre 2015
Premio Le Ghitarre d'Oro
Febrero 2015
disco del mes No problema. 119 abril-junio 2014 |
Programa:
Toru Takemitsu (1930-1996) Todo en Crepúsculo Cuatro piezas para guitarra (1987) 11:34 [ 05 ] Equinoccio (1993) 05:27 folios (1974) 09:13 [ 09 ] Una pieza para guitarra (1991) 01:12 En el Bosque Tres piezas para guitarra (1995) 13:22 Toshio Hosokawa (* 1955) Serenata (2003) 13:44 tiempo total: 54:46 marco del greco guitarra 26 de septiembre 2015
Premio Le Ghitarre d'Oro
Febrero 2015
disco del mes No problema. 119 abril-junio 2014 |
Reseñas de prensa:
De mayo de 2017
El London Gramophone escribe sobre la grabación de Marco del Greco de "In the Woods", comenzando con una cita del intérprete principal Julian Bream: "'Música de extraordinaria quietud, música que se disuelve suavemente en el silencio', ha dicho Bream sobre la pieza, y Del Greco captura esa disolución aquí".
23.07.2015
06.03.2015
La música como proceso meditativo Michael Pitz-Grewenig
06/2014
«Mi música es algo así como una señal que envío a lo desconocido. Imagino e incluso creo que esta señal se encuentra con la señal de otra y el intercambio físico que resulta crea una nueva armonía diferente a la original. Este es un proceso en constante cambio. Y por eso mi música no está completa en forma de partitura. Más bien, ella se niega a completar esto. Esto es bastante contrario a las intenciones artísticas de Occidente” (Toru Takemitsu 1993). Walter Wolfgang Sparrer Musik:
nº 168, octubre de 2014
[…] La musica di Hosokawa è profundamente radicata en una “antichità senza tempo” (il virgolettato è tratto dalle note al CD) y “l'osmosi tra tecniche europee e concezione orientale del corso delle cose è totale e senza contraddizioni”. Si tratta di Serenata del 2003, bellissimo dittico dove “coesistono Oriente e Occidente, nuovo ed antico” a testimoniare come l'eredità di Takemitsu non sia andata perduta, ma trovi proprio in Hosokawa il suo più naturale continuatore, nelle forme e nei contenuti. A particolare plauso va a Del Greco per averci fatto conoscere queto importante pezzo che si snoda in due sontuosi movimenti per a durata totale di quasi 14 minutes. [...]
Francesco Biraghi
2014 Septiembre
29. agosto 2014
El joven guitarrista romano Marco Del Greco atesora a sus 32 años una maestría y una exquisita sensibilidad que viene avalada por toda una serie de primeros premios internacionales. Una larga y relativamente reciente gira por Japón le ha permitido crecer en su empatía y profundizar en el conocimiento de la música de aquel país y llevar a cabo este proyecto discográfico para el sello Neos sobre todo a través de dos compositores clave: Toru Takemitsu ( Tokyo, 1930-1996) y Toshio Hosokawa (Hiroshima, 1955), ambos, como bien es sabio, músicos japoneses de conocida proyección internacional amén de excelentes conocedores de las técnicas musicales occidentales conjugadas con las particularidades de su propia tradición cultural. Takemitsu, prolífico compositor que atendió largamente la guitarra, tiene en su haber un extenso catálogo dentro de piezas escritas para dicho instrumento del que no faltan incluso eventuales y muy personales incursiones en el terreno del jazz o la música pop aunque las piezas escogidas para esta grabación por Del Greco son de hecho las mas significativas del autor para guitarra sola. La vibrante sonoridad, la claridad y precisión del músico se adapta como anillo al dedo a unas piezas de atmósferas suspendidas, de llamadas resonancias y positivos silencios que provienen culturalmente de una atenta observación de un flujo del tiempo en la naturaleza, una percepción que se aparta del funcionalismo y se sumerge en una soñadora vaguedad que sin embargo precisa y armoniza con la medida, con el número. Takemitsu seducido siempre por la figura de Claude Debussy, Todo en Crepúsculo (1987) se compone de cuatro piezas que trabajan el color tonal, las simetrias y los silencios entre notas aunque de un modo genuinamente japonés. Anterior a esta y más discursiva musicalmente, el lirismo de folios (1974) tiene más reminiscencias de la segunda escuela de Viena y en concreto algunas piezas de Alban Berg, otra de sus reconocidas debilidades musicales. Equinoccio (1993) it una pieza ya más madura y de mayor contenido simbólico en la que se emplea una particular afinación. Su título alude a la fiesta japonesa del equinoccio y establece un paralelo musical con el objeto de producir un encuentro entre los vivos y el más allá en el que ciertos efectos sonoros y resonancias cobran una presencia definitiva. De nueva la naturaleza, su color y sus ecos son evocados a través de tres bosques americanos en En el Bosque (1995) pero esta vez sus inclinaciones se decantan por soluciones y estructuras rítmicas que evocan a otro de sus referentes, Olivier Messiaen, en la que las tonalidades vibrantes quedan limpiamente suspendidas en el vacío. Y casi tan breve como un haiku, Una pieza para guitarra (1991) consta de un naje casero del compositor italiano Sylvano Bussotti en su sexagésimo cumpleaños. Pero añadamos que mientras que Takemitsu construye en buena parte de su trabajo unas atmósferas complejas que se resuelven flexiblemente sin alarde de contrastes y simbiosis formales sin violentas confrontaciones, a veces de sedosa textura, Toshio Hosokawa acentúa el plano expresivo con un sentido más dramático y de mayor claroscuro las dos partes que componen su serenata (2003). Más inclinado en este caso que Takemitsu hacia el uso y revalorización de técnicas tradicionales y sonoridades de los cordófonos japoneses como aquí es el caso del koto, Hosokawa deja a las claras la atracción por las armonias de color que crea dicho instrumento convertido a la técnica de la guitarra clásica. In the Moonlight y Dream Path recuperan ese sonido interior, el valor y contraste de los silencios y la concreción de los gestos caligráficos para volver al clima simbólico de un poema nocturno que enlaza con All in Twilight a través de acogedoras penumbras y elipsis que permiten el vuelo de la imaginación. Excelente disco del sello Neos al que desde mi óptica le pondría la pega de no alcanzar completamente en ocasiones las creo que necesita cotas de misterio que posiblemente requieran estas excelentes, soñadoras y sutiles piezas para guitarra que a su modo mantienen un difícil pero lograron equilibrio entre Distintas sensibilidades culturales que hay que considerar realmente valiosas. Manuel Lucas de Tena
amor de guitarra Wie Musik:
Revista de guitarra Gendai
Ö1, Zeit-Ton-Magazine del 25.06.2014 de junio de XNUMX, autor: Reinhard Kager […] En el sello bávaro también se publicaron piezas para guitarra solista de Tōru Takemitsu y Toshio Hosokawa. En su “Serenata” para guitarra, Hosokawa también integra técnicas de interpretación que se utilizan en el kōto japonés. “In The Moonlight”, el título del primer movimiento de la serenata, también aprovecha el poder de permanencia de la música japonesa. Aquí hay un extracto. MÚSICA 5: Toshio Hosokawa, “Serenade”, pista 13, Cuando España se encuentra con Japón: una ósmosis de técnicas de interpretación europeas y japonesas en la “Serenata” para guitarra de Toshio Hosokawa, interpretada por Marco del Greco en un CD de Neos. […]
02.06.2014 (Página web) Nueva incursión del sello alemán NEOS en la música japonesa, en esta ocasión de la mano de dos de sus más reconocidos creadores contemporáneos, el más joven de ellos, Toshio Hosokawa (Hiroshima, 1955), con una nutrida y nutritiva presencia en el menú musical que desde su discográfica nos sirve ese exquisito gourmet que es Wulf Weinmann. Los platos que hoy nos ofrecen NEOS, de la mano del guitarrista romano Marco Del Greco, son de fácil digestión, con propuestas amables de notable lirismo y un lenguaje tonal en el que el discurso melódico es el ingrediente fundamental de su receta, en unas partituras que se escuchan por sí solas, al tiempo que sugiere universos de enraizado diálogo intercontinental y sabio sincretismo transfronterizo. El compositor con más presencia en este compacto es Tōru Takemitsu (Tokyo, 1930-1996), cuya creación para guitarra es prolija e intercultural, en el sentido de que en sus partituras, como en la concepción tímbrica del instrumento y en sus dinámicas de ataque - resonancia, podemos percibir un uso de la guitarra que nos remite a modos niponas de esta familia, como el koto o el shamisen. Tal y como señala Caterina Di Cecca en el libreto de este compacto, la forma en que las cuerdas vibran en la guitarra, su modo de irse desvaneciendo sobre el silencio, presentan analogías con la sonoridad de estos cordófonos orientales, además de permitir a Takemitsu dar sustancia sonora a su modo de concebir el sonido musical como hecho existencial en un sentido oriental. Sin Embargo, La Música de Takemitsu Nunca dejó de Nutrirse Tanto de Sus Raíces Niponas Como de la Tradición Europe, Y de Ello Folios (1974) es un ejemplo paradigmático, con sus reminiscencias (valley y como señala di cecca) de la música de Alban, de su Soberbia sonata para piano Opus 1 (1908); y, a través de esto, del propio Johann Sebastian Bach, con la multiplicidad de ambientes que convoca, la confrontación de temas y su vocación de verticalidad, con una respiración más amplia y ambiciosa que algunas de las restantes partituras, más concentradas, con carácter de haiku. Las cuatro piezas para guitarra que conforman All in Twilight (1987) poseen un lenguaje más libre, de articulación más flexible en sus eventos sonoros, de más amplia resonancia en el silencio. En ellas fluye una mayor diversidad estilística, que para Di Cecca comprende ecos desde Debussy al jazz. No obviaría uno entre como referencias al rock experimental de los años setenta y ochenta, con grupos como Popol Vuh, especialmente en su primera pieza; así como las baladas, en su nocturna 'Dark'; o la canción ligera mediterránea, en 'Slightly fast'. Teniendo en cuenta sus adaptaciones de temas de los Beatles, muestra la permeabilidad estética de Takemitsu, algo con respecto al pop especialmente explícito en su música para guitarra, como aquí. Una pieza para guitarra (1991) es un gran ejemplo de un minuto de escritura para celebrar el sesenta cumpleaños del compositor italiano Sylvano Bussotti. Muchas de las señas de identidad estilísticas de Todo en Crepúsculo permanecerá en este regalo de aniversario, de concentrado abanico armónico y espaciosidad generosa en el silencio, sobre el que Takemitsu hace converger los registros extremos del instrumento. Equinoccio (1993) it una pieza más compleja en sus texturas en cuanto a matices tímbricos y afinación, con un discurso melódico-armónico más enrevesado en sus capas y relieves, si bien dando vueltas de tuerca a los planteamientos hasta aquí explicitados, por lo que resulta un tanto reiterativo. Algo similar sucede con En el Bosque (1995). Las conferencias de Marco Del Greco sobre todas estas partes se complementan con grabaciones disco compactas especiales, y Sean lee de John Williams en la grabación clásica de Sony (SK 46720), no incluida. folios y varias piezas de cámara con guitarra, o la más completa compilación de Shin-ichi Fukuda en Naxos (8.573153), donde encontramos todas las piezas de Takemitsu presentes en este disco, además de algunos de sus arreglos a partir de los Beatles (y piezas para guitarra de Leo Brouwer). A modo de comparación, las versiones de Del Greco son más modernas en su concepción del sonido, poseen una gran solidez, una combinación exquisita de técnica y sentimiento, y su tempo me parece en todos los casos idóneos: denso y expresivo, muy unitario. Interpretaciones inmaculadas, por tanto, desde cualquier punto de vista, con un ataque preciso, muy limpio, bien espaciado, muy resonante y de respiración medida. Este es el comienzo de los ataques, con resonancia y glissando, Serenata (2003) nos (de)muestra que el lenguaje para guitarra de Toshio Hosokawa es otro, más actual y menos tendido a lo pop, sin por ello eludir esa pátina de lirismo que impregna todas las partituras de este disco, con su filiación con la tonalidad, con la tradición, si bien depurada con personalidad, refinamiento y notable elegancia. Vuelve a ser esta pieza un puente, un ejercicio de sincretismo entre Oriente y Occidente, con sus reminiscencias de la tecnica del koto japonés en su dialéctica de ataque-resonancia, por Hosokawa explorada en diversas estructuras de ritmos, alturas y técnicas instrumentales sobre el lien zo del silencio, sobre el vacío, en ejercicio caligráfico de inspiración tradicional que Hosokawa dice es su música. La interpretación vuelve a ser de una sensibilidad profunda, de un equilibrio entre el ataque, la resonancia y el silencio muy bien calibrada, honda y de gran empaque sonoro. En el libreto de este compacto se recogen unas palabras de Hosokawa en las que el compositor nipón alaba ya no sólo la interpretación que de Serenata Realiza Marco Del Greco, sino el misterio y la comprensión con que el guitarrista italiano desgrana la música del que califica como su mentor: Toru Takemitsu. Es así que el continuum que este compacto establece no hace sino reforzar uno de los rizomas más sólidos de la música nipona contemporánea, en interpretaciones de referencia, con una sabiduría impactante. No son estas, ni mucho menos, las partituras más destacadas en los catálogos respectivos de Takemitsu y Hosokawa, entre los que las considero obras menores, pero permiten conocer, en condiciones óptimas, algunas de sus afirmaciones lírico-melódicas más delicadas. La excelente toma de sonido, de una magnífica presencia, peso y definición, que visita cada resquicio del instrumento, cada matiz en el rasgado de las cuerdas, no hace más que ayudar a que el producto resulte redondo, como las notas de Caterina Di Cecca y su acercamiento sintético a las relaciones entre la música japonesa y Europa desde un punto de vista oriental. Esta discoteca ha sido entregada para su revisión. El arte de la fuga. Paco Yáñez
26 de septiembre 2015
Premio Le Ghitarre d'Oro
Febrero 2015
disco del mes No problema. 119 abril-junio 2014 |
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26 de septiembre 2015
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Febrero 2015
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