Texto de información:
La música tiene que ser noble. “La música debe ser noble”: Toshio Hosokawa eligió esta afirmación en una conversación personal para diferenciarse de la estética de otros compositores. Para mí, esta frase es una descripción adecuada de la música de Hosokawa, ya que extrae su propia nobleza de una fuente muy noble: 'Gagaku', la música de la corte imperial japonesa. Esto no quiere decir que el compositor estuviera familiarizado con estos sonidos desde una edad temprana. Más bien, Hosokawa afirma que su contacto con el gagaku sólo se produjo en una fase avanzada de sus estudios, durante sus estudios de posgrado en Berlín con Isang Yun, y que así encontró sus primeras raíces, por así decirlo, a través de influencias externas. Y la música clásica japonesa tuvo durante mucho tiempo un nicho de existencia en su propio país como música puramente funcional para las fiestas en los templos o las ceremonias nupciales: música ceremonial que al principio sólo encontró su camino en la vida musical en el extranjero fuera de la ocasión respectiva. No se permitió encontrar este camino por mucho tiempo, ya que estaba destinado a ser música de la corte sólo para los oídos imperiales y alejado de la gente normal detrás de los gruesos muros del palacio. Los elementos que Hosokawa transfirió del Gagaku a su propia música son, en primer lugar, un estilo casi enteramente ceremonial, pero también figuras rítmicas individuales como el accelerando que se escucha en el tambor 'Kakko' y la estructura generalmente heterofónica de su lenguaje sonoro, que es particularmente en este caso. El efecto es que los campos armónicos que se han mantenido durante mucho tiempo son “rellenados” individualmente por las voces orquestales, o: cada instrumento teje su propio hilo, teniendo en cuenta un suministro limitado de notas que es válido para todo. Si la homofonía estuviera simbolizada por una vertical y la polifonía por una horizontal, una diagonal representaría apropiadamente el enfoque heterofónico de Hosokawa. Al hacerlo, Hosokawa siempre encuentra una diversidad sorprendente en sus paisajes sonoros esencialmente no desarrollados, que, sin embargo, se remontan a procedimientos extremadamente simples. Su capacidad para hacer mucho con poco revela, por un lado, el dominio de Hosokawa de las técnicas de composición occidentales y, por otro, sus raíces en la cultura japonesa de sencillez, pureza e incluso pobreza. Un ejemplo: si, por ejemplo, sólo los tres tonos superiores e inferiores de un acorde de 6 tonos se intercambian a través de octavas opuestas y este paso tan simple crea un estado de tensión completamente nuevo, un campo armónico completamente nuevo que se puede escuchar durante nuevos años. Surgen incursiones en el reino de los símbolos cromáticos y surgen una diversidad y una riqueza musical inimaginables, queda claro: esta música no quiere nada, no "persigue" nada, no quiere ser nada más que ella misma, reposa en sí misma, en su belleza. Y sí, ella tiene clase. No es casualidad que el concierto para flauta Per-Sonare (1988) sea la primera composición de Hosokawa para instrumento solista y orquesta, ya que de todos los instrumentos europeos la flauta es el que mejor se puede comparar con su homólogo japonés. El sonido de la 'Shakuhachi' (flauta de bambú) fue la inspiración audible para la concepción de esta música con su sonido a menudo entrecortado, a menudo ruidoso, en el que el sonido del instrumento y el sonido de la respiración se fusionan y penetran mutuamente: ' per-sonare'. Hosokawa también ve la orquesta y su sonido como un paisaje por diseñar. El sonido viaja a través de la sala, dos grupos de orquesta denominados 'Echo I' y 'Echo II' se encuentran "muy lejos" a izquierda y derecha detrás de los oyentes y se pueden escuchar a izquierda y derecha en el panorama sonoro de nuestra grabación. La idea del sonido como paisaje da título al concierto para violín de 1993: Paisaje III, parte de un ciclo de composiciones para diversas instrumentaciones. Si escuchas la grabación realizada con Irvine Arditti, el autor de la partitura, en conexión directa con las otras obras de este CD, se hace evidente la simplicidad de las técnicas mencionadas anteriormente, pero también hasta qué punto el compositor llega a diferentes soluciones a través de esta simplicidad. Lo que queda claro es una reducción a esencialmente dos gestos sonoros diferentes: un continuo horizontal/diagonal (ver arriba) en el rango dinámico mayoritariamente inferior y, apasionantemente ruidosos y con contornos nítidos, cortes verticales que se alzan como rocas escarpadas en un paisaje por lo demás encantador. Hosokawa ha estudiado exhaustivamente la interacción de estos gestos sonoros en su propia serie de obras de música de cámara, Vertical Time Studies. El concierto para piano Ans Meer fue creado en 1999 con motivo de la concesión del Premio de Música de Duisburgo a Hosokawa y está dedicado al pianista Bernhard Wambach. Como revisión de una obra anterior, el Concierto para saxofón y orquesta, el compositor combina los gestos sonoros antes mencionados en el propio repertorio de técnicas del piano. La filigrana lineal y los acordes de contornos nítidos no sólo se yuxtaponen en el gran sistema formal, sino que también se fusionan en formas sonoras siempre nuevas, especialmente en el instrumento solista. Lugar de Roberto HP |
Programa:
[ 01 ] Paisaje III (1993) 16: 59
Concierto para violín y orquesta
Irvine Arditti, violín
Deutsches Symphonie-Orchestre Berlín
[ 02 ] Concierto para flauta “Per-Sonare” (1988) 18: 51
gunhild ott, flauta
Orquesta Sinfónica SWR Baden-Baden y Friburgo
[ 03 ] Al mar (1999) 14:33
Concierto para piano y orquesta
(después del Concierto para saxofón y orquesta)
bernhard wambachpiano
Radiofilarmónica de NDR
tiempo total 50:35
Lugar de Roberto HPconductor
Reseñas de prensa:
01.10.2011
22.05.2010
03/2010
2/3.01.2010
01.03.2009
sincretismo cultural
El (fructífero) conflicto (y síntesis) que se produce en el aparato estético de compositores como Tōru Takemitsu, Isang Yun, Misato Mochizuki o Unsuk Chin, entre otros muchos creadores de países tan dispares entre sí como Japón, Corea o China, entre otros origen en la confluencia en sus obras de dos ámbitos culturales tan dispares como Oriente y Occidente. Precisamente, de Takemitsu son unas palabras que hacen hincapié en el itinerario que siguieron muchos compositores en Extremo Oriente, cuando afirma: “me gustaría avanzar en dos direcciones al mismo tiempo: como japonés, por el camino de la tradición; Como Europa, por la innovación. Esta es la parte más profunda de mi música y conserva los consejos de la música, algunos de ellos de tal manera que originan y son legítimos. Partir de estos elementos por naturaleza irreconciliables a la hora de emprender cualquier composición no es, desde mi punto de vista, más que un primer paso. No quiero que se descubra esta posición tan fértil; Por el contrario, ambos bloquean la comida entre los dos. Así es como la tradición se ha transformado en algo nuevo en el futuro”.
El núcleo central de este problema, presente de manera crucial en las tierras del sol naciente, sitúa al japonés Toshio Hosokawa (Hiroshima, 1955), un compositor cuyo interés por la música se centró inicialmente en la tradición clásico-romántica europea, Sin que prestara una atención sustantiva a las estéticas orientales hasta entrar en contacto, a comienzo de los años setenta, con la obra del coreano Isang Yun, que le descubrió el enorme bagaje preexiste en Asia, convirtiéndose desde de 1976 en su maestro en Berlín. Continuó los estudios Hosokawa con Ferneyhough y Huber, que dirigieron Un nuevo mundo en Japón, descubrieron voces técnicas como el shōmyō, la noble cultura del gagaku o instrumentos como el shō, además de ahondar en la investigación para dotar de individualidad a las diferentes expresiones artísticas- musicales del pasado nipón. Este proceso lo lleva a cabo Hosokawa en la adopción de la tecnología original japonesa, música en la que la música consta de un más reconocible del presente, acompañado de la frecuencia de los instrumentos occidentales con criterios derivados de la música de la tierra natal.
El compacto que escribió, el primero de una serie que se vendió en inglés, NEOS, estaba dedicado a los conciertos de Toshio Hosokawa, pero el resultado perfecto es perfecto en este sincretismo del fecundo en lengua japonesa. El Concierto para flauta 'Per-Sonare' (1988) es un magnífico ejemplo de lo antes mencionado. Primer concierto solista compuesto por Hosokawa, en él se explota la sonoridad ancestral, atávica, primordial, que posee la flauta, y que aparece de un modo transversal en tantas culturas del mundo. Hosokawa acerca la tímbrica de la flauta travesera europea al sonido del shakuhachi, la flauta de bambú oriental, con su rudeza en la textura y su amalgama entre los sonidos del aliento a través del soplido y del tono propiamente instrumental. Con todo, la dulzura de la flauta también está presente, como su profundidad y carácter meditativo -que nos traerá a la mente al nipón Watazumido-Shuso en el film de Tarkovski Offret (Sacrificio, 1986)-, o pasajes en los que su agilidad y frasesos recuerdan al trino de los pájaros. Esta referencia al mundo natural es recurrente en Hosokawa, con el valor de la expresión del eco, materializado también en un corte transversal de los grupos orquestales: 'Eco I' y 'Eco II', emplazados en el auditorio de la lejanía. , por las partes de los oyentes.
Landscape III (1993), Concierto Para Violín Y Orquesta, Comienza con Pasajes de Abigarradas Texturas Cromáticas, con masas de carácter espectral en fuerte consonancia que dibujan texturas densas al tiememo que transparente, aportando una sensación de nebulosa livianidad E Hosokawa Consigue a Través de los heterofónicos del sonido. Según Robert HP Platz, “la homofonía estaría representada por la vertical y la polifonía por la horizontal, el método heterofonía de Hosokawa estaría exactamente por la diagonal”. Ello da lugar a paisajes sugerentes, privados en cierto modo de evolución, de apariencia estática, aunque con gran vida. En la composición de Paisaje III no hay que pensar en las bellísimas fotografías rothkianas de Hiroshi Sugimoto, especialmente por lo que al trasfondo orquestal se refiere, y no tanto al aguerrido violín solosta, que va despertando a todo a campo sonoro, a un paisaje sonoro. se ajusta al trasunto de un paisaje visual. Esta 'quietud móvil' inicial pronto se ve alterada por sucesivos tsunamis, por una concatenación de clímax con crescendi dinámicos e interválicos muy marcados y pulsiones aceleradas de la percusión. El paisaje se hace, de este modo, convulso, como placas tectónicas inestables en conflicto, llenas de rawza tras disiparse la mayor homofonía inicial y aparecer un paisaje de proliferaciones verticales más crudas y violentas, que en lo técnico nos remiten a sus diversos Estudios Verticales. . Sólo el final del concierto, tras estas avalanchas sonoras, recupera la quietud y la sutilidad, a través de unas percusiones que dibujan un paisaje desnudo, sereno y trascendental.
To the Sea (1999) es un arreglo para piano y orquesta del concierto para saxofón (1998-99) del propio Hosokawa. La estructura resultante es más difícil que los conciertos anteriores, y el carácter del piano se encuentra amalgamado con el de la orquesta, de acuerdo tanto con la función propia como con sus componentes 'verticales'. To the sea nos invita a un viaje interior, relacionado con el concepto nipón del sawari, del punto de contacto entre la naturaleza y el individuo, en este caso a piano y una orquesta que encontró, aun conservando una naturaleza propia que reconocemos en todo momento. Se trata, como decir el bueno de Jean Genet, de encontrar el punto de fractura entre lo visible y lo intangible, colmándolo de poesía.
Las versiones seleccionadas por NEOS me han parecido notables a nivel orquestal por lo que a 'Per-Sonare' y Landscape III se refiere, y not tan perfecta en el caso de Ans Meer con la NDR, donde prefiero la interpretación dirigida por Ken Takaseki para Kairos (0012172 KAI), también parte de la realización original del saxofón. Por lo que a los solistas se refiere, notables y eficaces como siempre Irvine Arditti y Bernhard Wambach -ambos dedicatarios de estas partituras-, y excelente Gunhild Ott en su concerto para flauta, que borda a lo largo de los manyos registros y modos que debe Desarrollar durante los casi veinte minutos de la pieza. El compositor y director Robert HP Platz dirigió estos conciertos con sapiencia, creando una larga relación con la música de Hosokawa, un compositor de profundo conocimiento. El sentido atmosférico y trascendental de sus obras, así como la apuesta por el sincretismo que mos venido señalando, son audibles en este primer volumen, que esperamos tenga una continuación próxima.
Los hijos de los hijos de los hijos tienen muchas cosas que hacer, aunque todavía se están comparando con los registros orquestales de Kairos. Vale la pena señalar que se han probado las posibilidades del SACD para 'Per-Sonare', de modo que el trabajo de expansión lo pueda realizar Hosokawa desde el auditor, y en 5.1 se pueda reproducir de una manera más confiable con los sistemas envolventes reales. La presentación del compacto es tan cuidada como acostumbra NEOS, y además de material gráfico que incluye ejemplos de partitura y fotografías, adjunta también como breves pero interesantes notas a cargo del propio Robert HP Platz.
Paco Yáñez
23.10.2009
horizontes lejanos
El compositor japonés Toshio Hosokawa se entusiasma ahora con una pieza para gran orquesta Circulating Ocean. El sello Neos propone un álbum reagrupante de los conciertos. Instalado en Berlín, el compositor está más cerca de las formaciones, instituciones y circuitos de difusión. Allemands que des milieux Français, c'est heureux pour lui, mais c'est dommage pour nous car sa musique délicate et raffinée n'est pas éloigné d' Un cierto nivel de sensibilidad latina y mérito en un ambiente atento.
En el aviso de presentación, el compuesto insiste en el interés del hijo por el "gagaku" qu'il a découvert lors de ses années d'études à Berlin auprès d'Isang Yun. En esta música práctica, Hosokawa conserva ciertas figuras rítmicas, melódicas e instrumentales que se donnent à sa musique un côté scintillant, ondoyant mais presque immobile et minimal. La música de Hosokawa es extrema con una variedad de sonidos, el surgimiento de numerosos detalles de la instrumentación que crea una explosión de colores que casi sugieren el idioma japonés.
Le concerto pour flute Per-Sonare (1988) es la primera partición concertante del artista. La flauta está situada entre Japón y Europa y Hosokawa se toca en un estilo de cuento de hadas con nombres que recuerdan a Oriente. Les sons se fusionnent in a paysage sonore vaporeux et auroral tout en explorant la espacialisation de l'orchestre con un diálogo entre dos grupos de instrumentos. La piedra es transportada a un mundo de encanto y poesía.
Creado en 1993, Paisaje III para violín forma parte, como se denomina, del ciclo para distintos instrumentos. Esta pieza évolue vers une plus grande économie de moyens; La discusión se organiza por la parte y la otra parte de la línea horizontal: la parte del conjunto solista es un rock granítico y brutal en un lujoso paisaje orquestal. Le concerto Ans Meer (1999) es una repetición del concierto para saxofón y orquesta, esta pieza sirve para las búsquedas sonoras del compositor en les adaptant au piano.
Como le dit le compositor: « la musique se doit d'être noble », con Hosokawa, elle l'est indubitablement con un creador au langage personal, original et ensorcelant.Les artistas, todos los alemanes, habitués à la musique contemporaine, livrent un servicio “sobre medida”.
Pierre Jean Tribot
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Clave de año
ResMusica.com
23.10.2009
horizontes lejanos
El compuesto japonés Toshio Hosokawa Estamos disponibles entusiasmados con una pieza para gran orquesta Circulating Ocean. El sello Neos propone un álbum reagrupante de los conciertos. Instalado en Berlín, el compositor está más cerca de las formaciones, instituciones y circuitos de difusión. Allemands que des milieux Français, c'est heureux pour lui, mais c'est dommage pour nous car sa musique délicate et raffinée n'est pas éloigné d' Un cierto nivel de sensibilidad latina y mérito en un ambiente atento.
En el aviso de presentación, el compuesto insiste en el interés del hijo por el "gagaku" qu'il a découvert lors de ses années d'études à Berlin auprès d'Isang Yun. En esta música práctica, Hosokawa conserva ciertas figuras rítmicas, melódicas e instrumentales que se donnent à sa musique un côté scintillant, ondoyant mais presque immobile et minimal. La música de Hosokawa es extrema con una variedad de sonidos, el surgimiento de numerosos detalles de la instrumentación que crea una explosión de colores que casi sugieren el idioma japonés.
Le concerto pour flute Per-Sonare (1988) es la primera partición concertante del artista. La flauta está situada entre Japón y Europa y Hosokawa se toca en un estilo de cuento de hadas con nombres que recuerdan a Oriente. Les sons se fusionnent in a paysage sonore vaporeux et auroral tout en explorant la espacialisation de l'orchestre con un diálogo entre dos grupos de instrumentos. La piedra es transportada a un mundo de encanto y poesía.
Creado en 1993, Paisaje III para violín forma parte, como se denomina, del ciclo para distintos instrumentos. Esta pieza évolue vers une plus grande économie de moyens; La discusión se organiza por la parte y la otra parte de la línea horizontal: la parte del conjunto solista es un rock granítico y brutal en un lujoso paisaje orquestal. Le concerto Ans Meer (1999) es una repetición del concierto para saxofón y orquesta, esta pieza sirve para las búsquedas sonoras del compositor en les adaptant au piano.
Como le dit le compositor: « la musique se doit d'être noble », con Hosokawa, elle l'est indubitablement con un creador au langage personal, original et ensorcelant.Les artistas, todos los alemanes, habitués à la musique contemporaine, livrent un servicio “sobre medida”.
Pierre Jean Tribot
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